sábado, 8 de junio de 2013

Los diarios de Cobain.

Una de las pasiones de Kurt de las que poco se habla es la que sentía por la escritura, bueno él ya ha dicho que con el tiempo le perdía ganas a todo pero eso no le impedía que siga escribiendo en donde pudo.
Sus diarios eran cuadernillos viejos o simples agendas que hallaba y que nunca escondió, siempre estuvo ahí, disponible para todos en el momento que quería. Nunca se avergonzó de nada de lo que puso en ellos hasta su novia, Tracy o Courtney podían leerlo si querían, sus amigos o compañeros de la banda. No tenía nada que ocultar, simplemente lo escribía porque quería hacerlo. Escribía en paredes, cualquier hoja que tenga a la mano o incluso en alguna guitarra que antes había destruido.




Parte de esa sensibilidad que tenía para plasmar con letras lo que sentía ahora podemos disfrutar en su música o, si queremos, leyendo sus propios diarios. He tenido la oportunidad de leerlos gracias a la majestuosidad del internet y esta es una parte de las tantas páginas que me impactaron.

                    

‘’Me gusta seguir la carrera de los artistas en sus inicios, cuando luchan por seguir el éxito. Me gusta saberlo todo sobre ellos y si no se dispone de la suficiente información bastará con la prensa sensacionalista. Me gusta el punk. Me gustan las chicas con los ojos raros. Me gustan las drogas (pero ni mi cuerpo ni mi mente me permiten tomarlas) Me gusta la pasión. Me gustan las cosas bien hechas. Me gusta la inocencia. Me gusta la clase obrera y le estoy agradecido por permitir con su existencia que los artistas no tengan que trabajar en empleos de baja categoría. Me gusta acabar con la codicia. Me gusta jugar mal mis cartas’’


Don Cobain

En uno de los tantos monólogos de Kurt grabó habla sobre la relación que tuvo con su padre durante su infancia. Dijo muchas veces que él le pegaba y le avergonzaba delante de otros cuando cometía algún accidente como botar un vaso con agua o cosas por el estilo. Le hizo sentir torpe e indeseado y llegaba a pensar que su propio padre se avergonzaba de él.



Nadie está muy seguro de eso, pero en la canción Been a son, habla de ello. Del interés que tiene alguien por tener un hijo, alguien que cumpla sus expectativas, que haga deporte y se involucre con las actividades del pueblo y otras cosas más que Kurt detestaba o simplemente no le importaba. 

Been a son subtitulado.


Unplugged

Todo había salido perfecto en 1994, durante el Unplugged que Nirvana aceptó y le concedió a MTV. Obviamente la banda lo hizo, más que por voluntad propia, por el dinero que necesitaban. Así que cuando llegó el día, ya junto a Pat Smear, tocaron el tan nombrado Uplugged, que sin ganas les salió perfecto.

Cuando Cobain terminaba de cantar Where you did sleep last night el director y organizador se le acercó y le pidió que tocaran dos temas más. Kurt no lo pensó y le respondió que podrían hacerlo pero arruinarían todo, estaban contentos con lo que habían hecho y no querían terminar de cagarla, les había quedado perfectamente bien como para poder, al menos, intentar superarlo con otros dos temas.

Luego, como ya todo el mundo sabe, a pesar de lo contento que estaba con el producto final, Kurt se había arrepentido de haber hecho aquel Unplugged, manifestando que eso no era Nirvana. 

Es inevitable emocionarse en el momento en el que Kurt se detiene, tomar aire abre los ojos y mira fijamente al público para volver a cerrar los ojos perdiéndose en mente y seguir cantando con más intensidad.

                                                       Where did you sleep last night.

Aquí un vídeo extraño del Unplugged:



Don't smoke.

No hay duda que el concierto de 1992, el Live Reading Festival, fue uno de los mejores brindados por Nirvana. Desde la épica entrada de Kurt, cada una de las canciones tocadas y la destrucción al final, todo fue completamente genial. Pero fue mucho más genial para el niño que pudo robarle unas palabras y un autógrafo a la salida del concierto. 

Fue su padre quien abordó a Kurt y le habló del niño que estaba interesado en él, su hijo. No entiendo muy bien el inglés, pero puedo entender cuando Kurt le pregunta: ‘’Oh! ¿Él está aquí?’’ y él le responde: ‘’Sí, está aquí’’ El niño púber casi adolescente se acerca y exclama: ‘’Oh por… tú eres mi héroe’’ Kurt muestra una pequeña sonrisa y mientras fuma le firma algo, luego se da cuenta de que apenas era un niño quien ya le había declarado su admiración y le dice: ‘’Ah, pero no fumes, fumar está mal’’ El niño, no sé si nervioso o en serio, al igual que su padre le dice: ‘’No, no, no, claro que no’’ 


Su colección.

Nada les fascinaba más que lo extraño y las muñecas de porcelanas estaban dentro de lo ‘extraño’. Coleccionaba muchas, cada día más y más. Las adquiría en tiendas de su localidad y luego de comprarlas les agregaba detalles que luego sólo él podía comprender. Intentaba siempre de hacerlas ver aterradoras y raras. Además de eso, coleccionaba bocetos que también adornaba a su antojo con simples rasgos o con cabello humano. Todo lo extraño y grotesco era bienvenido y Tracy lo comprobó cuando se dio cuenta que sobre su refrigeradora había un collage de vaginas enfermas y trozos de carne encima. Kurt había adquirido estas imágenes cuando fue recepcionista de un consultorio médico. También coleccionaba cajas en distintas formas, pero sus preferidas eran las que tenían forma de corazón.


Yo colecciono despertadores ¿Tú?

Dolores estomacales.

Kurt padecía constantemente de dolores estomacales que, aparte de causarle frustración, le impedían poder continuar con su día a día con un poco más de tranquilidad.
Siempre se estaba quejando de dolores que aumentaban y disminuían su intensidad constantemente. Incluso habló de ello en distintas canciones, principalmente en Mexican Seafood y Pennyroyal tea. Lo único que le aliviaban los dolores era la comida que contenía queso y los antiácidos con sabor a franbuesa, según lo que manifestó en algún momento.


Consultó a varios especialistas y ninguno pudo encontrar algo extraño pero al contrario coincidieron en que tenía colon irritable. Los dolores lo perseguían, estaba convencido de que estaba enfermo y ya que ningún doctor se atrevió a hallarle algo al menos quería que esta aparente ‘nueva enfermedad’ lleve su nombre.

Justamente el uso de la heroína y su posterior adicción se debió a que se convirtió en la cura para sus males y si quería estar completamente bien debía inyectarse una buena dosis.  Ahora mismo, se podría afirmar con mucha seguridad que sus dolores pudieron ser manifestaciones concretas del estrés o ansiedad que sentía en ese entonces.
Al final los dolores estomacales no lo mataron y la heroína poco a poco cumplió con su trabajo.


Kiss

Durante su adolescencia, Cobain conoció a Ozzy, integrante y fundador de The Melvins. Una banda de punk y grunge de su ciudad, Seattle, que además fue de sus favoritas y de quienes se inspiró y aprendió. Se sabe que Kurt intentó ser el guitarrista de la banda pero fue rechazado y a pesar de ello él siguió admirando la música que hacían y los apoyó en todo lo posible. Uno de esos gestos que tuvo fue con la furgoneta de la banda, donde dibujó la cara de cada uno de los integrantes de Kiss, otra de sus bandas favoritas.  Con el tiempo y con una banda propia, Kurt llegó a telonear a The Melvins pero posteriormente sucedería lo contrario y serían ellos los que abrirían alguno de los grandes conciertos ofrecidos por Nirvana.